La nevera acumula cantidades de residuos de comida que pueden llenarse de microorganismos ya que, a pesar de que el frío ralentiza la actividad de estos microorganismos, la refrigeración no implica su eliminación y algunos microorganismos pueden sobrevivir e incluso crecer, como los hongos y algunas bacterias, y manifestar un mal olor. Incluso, podemos encontrar fácilmente moho en las juntas de la nevera, un espacio húmedo y oscuro, que deberemos eliminar a tiempo para que no siga multiplicándose.
En primer lugar, desenchufa la nevera. Vacíala y tira los alimentos que no vayas a consumir o estén deteriorados.
Se debe realizar una limpieza profunda en cada estante y compartimento. Utilizar un desinfectante que no dañe los materiales como Sanytol Multiusos. Simplemente se debe pulverizar sobre la superficie y transcurridos unos minutos aclarar la zona al tratarse de un espacio en contacto con alimentos. De esta manera eliminarás el 99,9% de bacterias y hongos.
Si el mal olor proviene del exterior de la nevera, posiblemente se deba a una fuga de agua de los tubos o exceso de agua en el condensador, que se encuentra debajo de la nevera, que puede concentrar bacterias o hacer crecer moho.
Saca la bandeja del condensador de debajo de la nevera y enjuaga la suciedad y el moho. Luego, friega bien toda la superficie con Sanytol y deja secar.
Así habremos eliminado todo rastro de malos olores gracias a una desinfección profunda, pero debemos evitar que vuelva a aparecer un mal olor. La mejor manera es conservar los alimentos en recipientes cerrados o envueltos en film transparente y, sobre todo, hacer limpiezas periódicas del electrodoméstico.
Es muy importante que mantengamos nuestra nevera con unas medidas de higiene óptimas, ya que se calcula que el 50% de las intoxicaciones alimentarias domésticas se deben a las incorrectas medidas de higiene en la cocina.
Comprobarás que mantener tu nevera limpia es mucho más fácil de lo que pensabas.