Sanytol > Mal Olor > 6 razones por las que las toallas huelen a humedad
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El olor de las toallas limpias al secarnos las manos o al salir de la ducha es muy agradable. No obstante, hay veces en que estas huelen a humedad, un olor desagradable que puede aparecer, aunque pensemos que las hemos lavado bien. Este olor tiene su origen en la proliferación de gérmenes en el tejido de las toallas.
En este artículo explicaremos 6 razones por las que las toallas huelen a humedad y cómo eliminarlo.
Es muy importante que, tras lavar las toallas, dejes que se sequen por completo antes de recogerlas y guardarlas. Si las doblas y las metes en un armario o cajón sin que se hayan secado del todo, la humedad y un ambiente cerrado y cálido crearan un hábitat ideal para que se desarrollen bacterias y hongos, que son los causantes de que aparezca el olor a humedad.
Nada más termine la lavadora, saca las toallas y ponlas a secar, mejor al aire libre y, si es posible, al sol. El tambor de la lavadora es un lugar perfecto para la proliferación de gérmenes causantes del mal olor, sobre todo si no se usan productos desinfectantes ni se realiza un mantenimiento adecuado de la lavadora.
Lo mismo que el tambor de la lavadora, el cesto de la ropa sucia o la bolsa de deporte son ideales para que se concentren las bacterias responsables del mal olor. Por eso se recomienda lavar las toallas sucias lo antes posible. Si no puedes, por lo menos, ponlas a secar.
El baño acostumbra a ser un lugar muy húmedo. No solo porque en él circula agua y se forma vapor, sino porque, a veces, se trata de una estancia mal ventilada. Esto hace que se genere mucha humedad que acaba depositándose en las toallas, que tienen un tejido pensado precisamente para absorber el agua. Es importante que pongas a secar tus toallas, mejor fuera del baño, así como que te acuerdes de ventilar esta estancia a diario, aunque sea utilizando un deshumidificador si otra opción no es posible.
Si notas mal olor en las toallas limpias, es posible que se deba a que no están bien lavadas. Si no utilizas un detergente adecuado, utilizas demasiado suavizante o lavas con el agua a una temperatura demasiado baja (para lavar en profundidad y ayudar a desinfectar los tejidos se recomienda una temperatura entre 60 y 90ºC), el lavado no conseguirá eliminar los gérmenes y el resultado será un mal olor persistente. Lo mismo puede suceder si llenas demasiado el tambor, pues ni el detergente ni el agua pueden alcanzar bien toda la superficie de la toalla.
La lavadora se usa con mucha frecuencia, pero pocas veces recibe la atención que necesita para mantenerse en buen estado. Como cualquier otro electrodoméstico, hay que limpiarla, pues en ella también se acumula suciedad, restos de detergente, cal, etc. Esto no solo puede reducir su vida útil y afectar a su funcionamiento, sino que favorece la transferencia de malos olores a la ropa que lavamos. Para evitarlo conviene aprender a limpiarla y hacerlo de forma regular como parte de su mantenimiento.
Si quieres más información al respecto, puedes encontrarla en nuestro artículo sobre Cómo quitar el mal olor a humedad de las toallas.